lunes, 18 de mayo de 2009

Victoria del Xeneize


Ganó Boca. Se sacó la mufa y después de siete fechas sin sumar de a tres, ganó Boca. Ahora se ve todo diferente.
Había arrancado dormido el equipo de Ischia. Y a los 6’ lo pagó: Mauro Matos recibió solo en el área y facturó. Encima, a los 12’, Riquelme desperdició un penal. Parecía que se venía todo en banda. Otra vez. Parecía, nomás. Es que el equipo no se cayó y logró meter mucho volumen de juego. Generó varias situaciones y consiguió darlo vuelta. Era rápido, práctico y contundente.
En el segundo tiempo, Arsenal logró la posesión del balón pero le costó una enormidad generar una situación de peligro. Boca estaba relativamente bien parado y cuando recuperaba salía muy rápido de contra y con el equipo desplegado. Eso, más precisión en velocidad fue un coctel imposible de resolver para su adversario. Excepto para Campestrini. El arquero se cansó de salvar jugadas de sumo riesgo sobre su valla y evitó la goleada. Promediando la etapa, Burruchaga armó un rombo en el medio y Boca le quitó la pelota. Era cuestión de liquidarlo. Pero el nuevo arquero de la Selección estaba imposible.
Los fantasmas de los últimos dos partidos sobrevolaron la Bombonera pero Riquelme se encargó de ahuyentarlos. Es que el diez manejó los tiempos y la pelota e hizo jugar al resto. Tal como lo pidió Ischia el viernes en Conferencia.
Ganó Boca. Que de acá en más sea algo natural. Tal como estamos acostumbrados.

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